lunes, 5 de octubre de 2015

EN UN PAÍS PEQUEÑO
En el diminuto país de Bañolis, vivía Jim. Jim era una hormiga obrera conocida por su simpatía y su amabilidad. Era fuerte, robusta y marrón como el café africano del bueno, pero tenía una mancha roja en la cara que la singularizaba, además de unos ojos muy grandes. Jim a parte de trabajador, también le gustaba ayudar a la gente y siempre que podía lo hacía. Ésta vez su misión era encontrar unas hojas de helecho para salvar a su hermano que resultó herido en la guerra.
Jim tuvo que marcharse al mercado de Fontcoventa, en busca de las hojas. Le faltaban 2000 Ki/hm (2 Km) cuando se encontró a Cielo, una araña de ocho patas que estaba dispuesta a ayudarla. Jim le contó su reto y Cielo le dijo que estaba dispuesta a ayudarla. Y así fue.
De repente se encontraron al jefe de los obreros , Rex. Él, enfadado, le contó que debería de estar trabajando y no de viaje. Jim le explicó su historia pero Rex no lo quiso escuchar y sin atender razones le obligó a subirse al primer hoja-bus que pasó por incorporarse de inmediato a trabajar. A Jim no le gustó la idea y decidió no hacerle caso, pero Rex le cogió del brazo. Mientras le tenía cogido, Cielo que estaba observándolo todo, le tiró una telaraña y lo dejó colgando de una rama de un árbol. Jim y Cielo se marcharon rápidamente de Rex, que estaba intentando sacarse la telaraña de encima.
Cuando estaban a punto de llegar a Fontcoventa, se encontraron al padre de Jim que siempre rondaba por aquellas tierras y Cielo le contó lo que estaba sucediendo y el padre de Jim les ayudó. Se le ocurrió que tenía un viejo amigo que cuando era joven era comerciante y que vivía en un bosque con muchos árboles de diferentes especies. Lo fueron a buscar y allí compraron el helecho. Pudieron salvar al hermano de Jim y Cielo y él fueron amigos toda la vida.





Marina Samaniego
Albert Tarrés

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